Noticia «Fermín Gómez, medio siglo de recolección de flora gallega, al servicio de Lourizán»
Casi medio siglo de minuciosa dedicación ha quedado al servicio del centro de
investigación de Lourizán. La labor que Fermín Gómez Vigide empezó en 1963 para
recorrer la geografía gallega, estudiar y reconocer las diferentes plantas y
flores ha quedado despistada en Pontevedra. Este monje franciscano, más conocido
como Padre Fermín en el ámbito de la botánica, ha decidido donar su herbario
para que sirva como material de estudio y de apoyo a la investigación. Un
trabajo, por tanto, de casi medio siglo y del que se calcula que recoge el 95
por ciento de toda la flora gallega.
El documento cuenta con un total de 2048 especies que fueron recolectadas a
lo largo de «una vida dedicada a la investigación», destacaron ayer quienes
acompañaron al último de los benefactores de Lourizán en el que fue el acto de
la firma de donación. Entre los cientos de sobres que guardan los ejemplares y
componen el trabajo figuran tres novedades de categoría estatal e incluso
continental, así como más de 70 que nunca fueron recogidas en ningún otro
herbario relativo a Galicia.
Las posibilidades de estudio que ofrece un herbario como este, realizado a lo
largo de un proceso tan prolongado, hace que en él se puedan encontrar
ejemplares que difícilmente se puedan ver en la naturaleza. «Algunos no se han
vuelto a ver en la zona en la que fueron recogidos, hay especies que
prácticamente no se habían visto», valoraba quien ejerció ayer de presentador de
la trayectoria botánica del Padre Fermín, el también investigador Francisco
Javier Silva-Pando.
Durante el acto en el que se firmó la entrega del herbario y se rindió
homenaje al esfuerzo que este monje nacido en Vila de Cruces en 1931 y que ahora
reside en el convento de Louro, en Muros. Durante más de una hora responsables
del centro, así como el secretario xeral do Medio Rural e Montes, Tomás
Fernández-Couto, pudieron repasar la trayectoria de la doble vocación, religiosa
y botánica, de este hombre.
El Padre Fermín, muy vinculado a la enseñanza, comenzó su afición a mediados
de la década de los años 60 del pasado siglo. Algo que comenzó a la vuelta de su
etapa como profesor en África. Sus labores profesionales y formativas le
llevaron a residir en diversas localidades, algo que supo aprovechar para ir
incrementando poco a poco el herbario, un trabajo que desde el principio decidió
clasificar en cuatro provincias.
Una proyección de imágenes recordó algunas de las excursiones realizadas por
los montes gallegos para seguir aumentado su trabajo. Su compañero en estas
labores y presentador ayer subrayó la activa participación del Padre Fermín. «En
una de las últimas excursiones, y ya con más de 80 años, regresó con más
ejemplares que todos los demás», explicó. Una frase con la que quiso evidenciar
el incansable espíritu de este hombre por investigar y dar a conocer las
peculiaridades de la flora gallega.
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