Un equipo de investigadores de la Universidad de Alicante (UA) ha descubierto
en Sudáfrica una docena de nuevas especies de plantas emparentadas con los
jacintos, las cuales, además de su interés científico, tienen importancia por
los compuestos orgánicos que producen, «tóxicos pero de utilidad para la
industria farmacológica», según ha informado en un comunicado la institución
académica.

El hallazgo ha sido realizado por un grupo de investigación de las áreas de
Botánica y Conservación Vegetal del campus alicantino,
coordinado por el catedrático Manuel Benito Crespo, en colaboración con el
investigador Mario Martínez Azorín, autor de una tesis sobre estas plantas, y
que residió durante dos años en el país africano. El trabajo forma parte de los
estudios sobre flora ibérica que se desarrollan en el Instituto de la
Biodiversidad de la UA (Cibio).

Así, tanto Crespo como Azorín siguieron los pasos de la migración durante
millones de años hasta la Península Ibérica de un tipo de plantas emparentadas
con los jacintos, que les ha permitido descubrir hasta una docena de nuevas
especies de una subfamilia de las citadas flores en Sudáfrica.

El trabajo, elaborado en colaboración con centros del país del sur del
continente africano, y que ambos investigadores tienen previsto ampliar en el
seno de un proyecto en el que participarán universidades de aquella nación y de
Austria, se ha realizado sobre el grupo de plantas conocidas
como ‘ornithogaloideae’ –del griego «pájaro» y «leche»–, algunas conocidas
como flores de belén.

En total son cerca de una veintena de géneros de flora, que forman parte de
la amplia familia de los jacintos de bulbo, las cuales están presentes en una
amplia zona de mundo que incluye el área del Mediterráneo y la Península
Ibérica, donde hasta ahora no estaba muy estudiada y en la que existen una
decena de especies, frente a 40 ó 50 de las registradas en Europa y 300 en todo
el mundo.

DIVERSIDAD VEGETAL

Los investigadores han explicado que la mayor diversidad de este género
vegetal se da en el sur de África, de donde es originaria, si
bien han apuntado que a lo largo de 30 ó 40 millones de años se fue diseminando
en una amplio abanico territorial hasta zonas de Europa y Asia
próximas a territorio africano, «siguiendo un itinerario en parte curiosamente
coincidente con el transitado por el ser humano en su evolución».

«Reconstruir la evolución de esta planta desde sus orígenes
dará pistas que, unidas a otros datos científicos, pueden explicar muchas
cosas», han señalado los responsables del estudio, quienes se han referido, a
modo de ejemplo, a las variaciones del clima o a las de la geología.

La UA ha subrayado que los análisis genéticos con técnicas moleculares
realizados por ambos científicos «permitirán conocer mejor los patrones
evolutivos de estas especies y contribuirá a desvelar propiedades de sus
compuestos moleculares de interés farmacológico».

En el mismo sentido, ha manifestado que muchas de estas especies tienen
ingredientes tóxicos, pero que en manos de la industria pueden convertirse en
principios activos para tratar diversas dolencias, desde antiinflamatorios a
antitumorales.