Noticia «Un proyecto para elaborar un mapa de diversidad genética de la flora canaria»
Científicos del Jardín Botánico Canario «Viera y Clavijo» elaboran un mapa de
diversidad genética de la flora canaria con la aplicación de marcadores
moleculares de secuencia de ADN, que permiten además identificar con precisión
los endemismos y la posible aparición de nuevas especies.
Así lo indica en una entrevista a Efe el investigador principal del proyecto,
Juli Caujapé, responsable a su vez del Departamento de Biodiversidad Molecular y
Banco de ADN de la Flora Canaria del Jardín Botánico Canario «Viera y
Clavijo».
Esta línea de actuación comenzó en 2007 con un proyecto de tres años
financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales del Ministerio de
Medio Ambiente, cuyo objetivo fue el de estudiar la flora endémica del parque
nacional de Garajonay bajo la perspectiva molecular ya que, explica Juli
Caujapé, esta isla es la que tiene una mayor densidad de endemismos por
kilómetro cuadrado de Europa y del norte de África.
De los archipiélagos macaronésicos, Madeira es el que tiene mayor densidad de
endemismos pero en cuanto a islas, La Gomera lo supera por unidad de territorio,
detalla el investigador, quien precisa que otra de las causas por las que el
proyecto se desarrolló en dicho territorio es que su flora endémica es muy
representativa de la flora canaria.
En aquel proyecto liderado por el Jardín Canario participaron también las
universidades de La Laguna, Las Palmas de Gran Canaria y Murcia, además del
Instituto Canario de Investigaciones Agrarias.
Al respecto, señala que la flora canaria es extremadamente diversa tanto en
número de especies como de endemismos por islas, algo que la distingue de otros
entornos insulares, y con este proyecto centrado en la flora de Garajonay se
evaluó la eficacia de los marcadores moleculares para distinguir las especies,
como complemento a las variables morfológicas que se usan normalmente en
taxonomía.
«También estamos interesados en averiguar si los marcadores moleculares
pueden delatar fenómenos de especiación que con variables morfológicas no son
evidentes, y dar pie a revisiones taxonómicas «, detalla Caujapé.
La especiación se produce cuando a partir de una especie ancestral se forman
otras con características más o menos diferenciadas de aquella y a veces este
fenómeno es «críptico», pues la morfología de las especies resultantes es
prácticamente idéntica.
Sin embargo, añade, las moléculas de ADN proporcionan en ocasiones la
información suficiente «que permite ver más allá de lo que ven los ojos».
El resultado del proyecto en Garajonay fue positivo, por cuanto se determinó
que las variables moleculares diagnostican correctamente hasta un 80 por ciento
de las especies analizadas, entre ellas unos 60 endemismos.
También se constató que en el parque nacional podría haber más endemismos de
los censados -unos cuatro casos- precisamente por este fenómeno de especies
«crípticas».
Además, el uso de estas variables moleculares tiene aplicaciones a la gestión
de la biodiversidad en el parque nacional.
La primera, tener una herramienta rápida de identificación taxonómica cuando
sólo se dispone de un pequeño fragmento de hoja o de raíz y no de la planta en
flor y en plenitud vital.
El objetivo futuro del grupo de investigación del Jardín Canario es disponer
de un mapa de todo el territorio canario que permita saber dónde se hallan las
mayores concentraciones de diversidad filogenética, lo cual a su vez permitiría
elaborar mejores estrategias de gestión teniendo en cuenta la diversidad
genética, uno de los pilares que sostienen la biodiversidad, agrega Juli
Caujapé.
«En líneas generales, cuanta más diversidad genética posea una población, más
posibilidades tiene de sobrevivir ante el futuro incierto que plantean los
cambios globales. «
Deja una respuesta