Noticia «Gobierno quiere crear la zona protegida más grande del Amazonas»
El Ministerio de Ambiente está desarrollando la última fase del proyecto que
pretende la ampliación del Parque Nacional Natural de Chiribiquete, pasando de
un área de 1,2 millones de hectáreas, a 2,8 millones, para así crear la zona
protegida más grande del Amazonas.
Esta joya amazónica está ubicada entre
los departamentos de Caquetá y Guaviare, en la jurisdicción de los municipios de
San Vicente del Caguán y Puerto Solano (Caquetá) y San José del
Guaviare.
Es un corredor único que tiene resguardos indígenas, tribus no
contactadas, pinturas rupestres y una geografía tupida caracterizada por
inmensas formaciones rocosas. Allí hay 41 ecosistemas, ocho de estos aún no
representados.
“Se va a crear la zona protegida más grande del Amazonas y
esto es un regalo al mundo, porque esta zona ayuda a regular el clima, la
estabilidad del acceso al agua y apoya la biodiversidad. Hay un riqueza
inmensa”, señaló la jefe de Asuntos Internacionales del Ministerio de Ambiente,
Alejandra Torres.
El corazón del proyecto es considerar que las
profundidades de la Amazonía del país son un área para la sostenibilidad del
territorio. De ampliarse, Chiribiquete será el núcleo de once millones de
hectáreas protegidas junto a los Parques de La Paya, Macarena, Tinigua,
Cahuinari, Yaigojé-Apaporis y la Reserva Nacional Natural Nukak, con los cuáles
tendrá conexión.
“La idea es producir en la Amazonía un gran pulmón. Para
ello estamos pensando en ampliar un millón más de hectáreas el Parque
Chiribiquete, en el Caquetá, y conectarlo con la Serranía de la Macarena, en la
zona del Guaviare, para generar un corredor de desarrollo sostenible y producir
una zonificación y un desarrollo ambiental sostenible”, dijo a Colprensa el
ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe.
El plazo es hasta
junio
Esa cartera busca terminar el proyecto en junio próximo, para
que a final de este año se produzca la declaratoria de las nuevas dimensiones
del Parque. Por ahora, ya se han adelantado reuniones con autoridades locales y
el proceso de consulta con las comunidades indígenas de la zona que, según
informó Torres, ya dieron su aval. Falta una licencia por el valor de los
ecosistemas, así como el aval del Ministerio de Minas, porque en zonas cercanas
puede haber explotación.
“En este momento no hay explotación, pero está
la zona destinada para futuras exploraciones. El proyecto no solo busca la
ampliación sino la creación de opciones de desarrollo sostenible a las
comunidades, en armonía con este entorno único”, agregó Torres. Se trata de
proyectos sostenibles en ganadería, maderas, pastoreo y agricultura; y otros
para dar incentivos por reforestación.
Las cifras que maneja Minambiente
hablan de 22.260 kilómetros cuadrados de bosques perdidos en la Amazonía entre
1990 y 2010; de 48,2 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidos entre
2005-2010 y de 13 mil kilómetros cuadrados en riesgo de deforestación de aquí a
2030. De hecho, de las 16 zonas de deforestación que el Ministerio de Ambiente
tiene identificadas, siete están en el área de Chiribiquete.
“Por eso es
tan vulnerable. Los motores actuales de la deforestación en toda el área son la
ganadería, la migración rural, los cultivos ilícitos, la falta de ordenamiento
de la reserva forestal y la ausencia del Estado. Y, a futuro, la explotación de
hidrocarburos puede ser un riesgo”, señaló Torres.
En este panorama, el
Ministerio pretende no sólo preservar el Parque, conectarlo con otras áreas
protegidas, controlar y reducir las tasas de deforestación, sino también mejorar
la gobernanza, promover acuerdos y generar oportunidades de desarrollo y
seguridad alimentaria para la gente que habita esa área.
“La minoría
ilegal por ahora no es tan importante como los cultivos ilícitos, la coca. Los
mismos campesinos quieren otra opción. La idea es generar sistemas rentables y
al mismo tiempo cuidar el suelo, los recursos”, agregó Torres.
La
financiación en este proyecto
El ambicioso proyecto tiene un valor
de 168 millones de dólares, recursos que serán aportados en su mayoría por
donantes de la comunidad internacional y que serán distribuidos en dos
fondos.
El primero, el ‘Fondo Patrimonial en Patrimonio Natural’, será de
100 millones. Y el ‘Fondo Extinguible en Patrimonio Natural’, de 67,7 millones,
de los cuáles Colombia dará 33,8 millones.
“Ya se han manifestado varios
donantes. Está el gobierno alemán, está Noruega, que es un contacto reciente
cuyo interés fue manifestado en diciembre del año pasado. Estamos aplicando al
Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Conseguir 160 millones de dólares y una
contrapartida nacional importante”, explicó Torres.
Ahora bien, hay
aspectos más operativos del proyecto que aún no están listos. Por ejemplo, falta
determinar qué pasaría con los cultivos ilícitos que hay en la zona que sería
‘agregada’ a Chiribiquete y las acciones de coordinación con los resguardos para
las alternativas de desarrollo.
Expedición ambiental y la agenda
azul
Además de Chiribiquete, el Ministerio de Ambiente tiene otras
dos iniciativas bandera para los próximos años. Se trata de la Expedición
Ambiental y de la Agenda Azul.
La expedición ambiental, en conjunto con
Colciencias y las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), busca continuar
descubriendo la biodiversidad colombiana, para saber qué riqueza tiene el país,
cómo protegerla, dónde está ubicada, entre otros aspectos.
“Este país
tiene descubierto apenas el 10 por ciento de su biodiversidad. Le doy un dato:
este país tiene entre el 10 por ciento y el 12 por ciento de la
riqueza ambiental del mundo. Para saber qué hay ahí, tenemos que trabajar en una
especie de Segunda Expedición Botánica”, dijo el ministro Uribe.
El
director de Colciencias, Carlos Fonseca Zárate, agregó que la expedición
permitirá potenciar la innovación colombiana: “La Expedición Botánica de Mutis
permitió saber qué plantas teníamos y sus propiedades, pero de cada planta se
pueden sacar nuevos productos, lo que se llama metabolismos secundarios, para
hacer nuevas medicinas en lo farmacéutico, nuevos aceites, etcétera. Es lo que
vamos a hacer con nuevas herramientas”.
Por otro lado, la llamada Agenda
azul consiste en invertir en el mar y en reducir la erosión costera. De acuerdo
con el ministro Uribe, “Colombia tiene 850 mil kilómetros cuadrados de mar,
prácticamente no ha habido una intervención clara para ver qué se va hacer; en
la zona marítima hay que buscar un claro desarrollo, pero estableciendo áreas
protegidas de explotación sostenible”.
Sobre el plan costero, el pasado 4
de febrero, el Ministerio y autoridades ambientales ya firmaron un acuerdo para
frenar el deterioro en las costas. El país tiene más de 3 mil kilómetros de
litorales, de los cuales el 30 por ciento están afectados por la erosión,
principalmente en los departamentos de Atlántico, Córdoba, Sucre y Nariño, y en
la zona insular.
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